para ocultarme de ti,
no hay muerte en el negro
ni felicidad en el rojo.
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Y no se si mi piel
es digna de llanto,
no se si mi llanto
es digno de mi odio.
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En las uñas de tus pies
hay engaño,
y en las de tus manos
hay restos de mí.
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Te transformaste
en un símbolo negativo y salado,
en un beso insípido y cuadrado
sin sentido figurado.
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Lloré tanto sin llorar
que sólo tragaba nudos,
miré tanto sin mirar
sus cuerpos desnudos.
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Y fuimos hule remplazado
por material plástico,
sin venas sensibles
o nervios sangrantes.
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Después un petirrojo azul
vinó a decirme
que ya todo había terminado,
un petirrojo muerto.
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Miré con atención
todo lo que para mí era
y para ti no,
entonces la perspectiva murió.
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Un vaso de agua perfumada
era en realidad saliva en el suelo
y mi amor por ti
sólo desapareció.
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rifass cabronamente.
ResponderEliminarBien como siempre, Tania. Me gustó mucho: )
ResponderEliminarPor cierto, me quedé esperando la segunda parte de la entrada anterior. Ojalá algún día la subas, si es que ya la tienes, o la escribas, si todavía la estás pensando.
Un abrazo.
Nunca dejes de hacer lo que te gusta por que en eso realmente eres buena!!! clementina! te aprecio muchisimo, mas de lo que crees. Cuidate! que estes de lujo :D
ResponderEliminarTanias, me enncantó. El término es muy marica, pero neta me encantó. Muchas imágenes en mi cabeza, haces de los detalles simples y pequeños algo bellísimo. La envidia es mala, pero no se si sea ese el sentimiento que tengo al leer cosas tan chingonas. Más bien me dá una calma extraña. En fin, es difícil de explicar por éste medio. :)
ResponderEliminarorale,muy buena tu entrada,me agrado demasiado.
ResponderEliminarpasa por mi blog ;)
saludos
Atónito, el último verso roza amargamente con lo lacónico y ralo que me siento. Hao! [Entreganos más]
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